IIES / FACES / UCV
Jornadas de Reflexión sobre
la Venezuela actual
PODER POLITICO Y MILITARES
EN LA VENEZUELA ACTUAL
GOLPISMO Y ELECTORALISMO:
¿DOS CAMINOS PARA ENFRENTAR
LA PRESENTE CRISIS?
Lo cierto es que se mantiene la forma de un estado unitario con muy claros y compacto intereses que cumplen con el designio que le imponen los grandes dueños del capital.
Y no se puede pensar que lo que vivimos en la actualidad es una excepción o algo diferente a lo que ocurre en el pasado.
Hoy nos encontramos ante el mismo poder que corresponde a una elite específica y determinada: el poder de una nueva clase que asume el espacio de los correspondientes privilegios.
Y ante este cuadro, caracterizado por una misma determinación, se plantea hoy el conocido debate sobre las vías hacia un cambio de poder.
¿Cómo avanzar en la organización de una nueva plataforma para luchar, en términos de democracia y libertad, por la toma del poder para ponerlo al servicio del colectivo y no como instancia para privilegiar a una nueva clase de usurpadores?
El escollo fundamental que se encuentra hoy en el camino para una eventual toma del poder está en la carencia de claridad sobre el camino a seguir para lograr ese objetivo. Hay quienes plantean la toma del poder por la vía violenta, esto incluye el levantamiento popular en sus diferentes versiones, y los pronunciamientos militares que tienen como su principal expresión el muy conocido golpe de Estado.
Y hay quienes apuestan al camino electoral, ampliamente trajinado en el último medio siglo, y que ha servido básicamente para mantener el estado de cosas vigente.
Y frente a la situación difícil y angustiosa que vivimos se plantea la lucha en relación a cómo avanzar para enfrentar el cuadro que hoy define a este expaís. ¿Qué hace falta aquí? ¿Unas buenas elecciones, un buen golpe de Estado o un contundente estallido social?
En términos de posición de principios hay que señalar que no se puede admitir que la violencia, llámese civil o militar, pueda servir para algo verdaderamente constructivo. Hasta ahora, el mando-poder unitario que alcanza los 200 años, ha tenido en la violencia un actor y figura protagónica central y tenemos, justa y precisamente, una Venezuela colmada por ese componente.
¿Hasta cuándo la violencia determinará esta historia? Las últimas actuaciones oficialistas están plenamente encaminadas a establecer un dominio que es la negación de todo lo que tiene que ver con procesos electorales. El régimen parece tener muy claro que su arma fundamental no es el voto sino la violencia kalashnikov.
Por ello consideramos procedente preguntar: ¿Hacia dónde va la política venezolana?
Si la salida no es militarista ni violento-subversiva entonces ¿cómo pensar lo que aquí va a ocurrir aquí?
¿Seremos capaces de crear una vía expedita para la construcción de la Tercera Venezuela, que junte a todos los Movimientos empeñados en construir una Venezuela de y para todos, al margen de guerras y destrozos?
ANTONIO BERARDUCCI
JUAN ANTONIO HERRERA BETANCOURT
ALFREDO ROMERO
ROCÍO SAN MIGUEL
MODERADOR
AGUSTÍN BLANCO MUÑOZ
LUNES 15 DE JUNIO DEL 2009
Sala 'E' de la Biblioteca Central de la UCV / 6 pm
Coordinadores
Agustín Blanco Muñoz, Mery Sananes y Danielita Barrolleta
Tlfs 6052536 / 6052563 / 0416-6387320
http://historiactual.blogspot.com
http://catedrapiotamayoucv.blogspot.com
1 comentario:
Me resulta especialmente importante el tema, pues en los mismos términos he venido planteando el dilema.
Como no podré estar presente en el foro pues no vivo en Caracas, quiero compartir con ustedes mi impresión:
Chávez debe permanecer en el poder hasta que el poder tal y como está constituido, logre ser desmantelado. Casi demencial la propuesta, pero por qué? Supongamos la muerte de Chávez, o su salida violenta. En esta situación, los poderes constituidos, así como la fuerza invasora en Venezuela operarán para colocar un presidente interino y llamar a elecciones en el plazo previsto, manteniendo el control sobre los resultados a través del sistema electoral, con el peligro de que sea electo un Chávez menos loco, más manipulable, menos controlable, y se acelere la transición al castrocomunismo.
Si permitimos la implantación de la nueva ley electoral, y creemos con la conveniente ingenuidad que hasta la fecha ha signado la conducta de la oposición colaboracionista, en elecciones no habrá cambios.
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