sábado, 19 de junio de 2010

¡HUGO, SEGURO, AL OLIGARCA DALE DURO!


Y lo digo ahora en cadena nacional: la revolución tiene que arrasar con todo lo que huela a burguesía. Porque más fácil pasarán mil camellos por el huequito de una aguja que un rico por los caminos del Creador. Ya lo dijo Cristo al fundar el socialismo que luego se plagian Marx, Engels, Lenin, Stalin, Mao y demás camaradas.

Pero estos marxistas complican la cosa al señalar que la historia tiene una base material y terrenal que deja los hombres sin Dios.

Y yo he venido a corregir eso con mi marxismo cristiano. Lo mío es lanzar a todo el mundo hacia la mayor pobreza porque ella trae el cielo incorporado y allí vivirán los débiles de espíritu y bolsillo. Para los ricos ni vida habrá.

Esta es la doctrina que sirve de base al socialismo del siglo XXI y que le regalo a este ex-país, como dice por ahí un historiador, escuálido él, que mejor se cuida porque cuando metamos más el acelerador lo vamos a silenciar, como a todos los que no estén con la revolución.

Porque aquí el que esté creyendo en democracia y libertad de expresión está pelando.

Yo me apoyo en el cielo, pero tengo muy claro que mi misión terrenal es endurecer la lucha de clases para que sea un motor bien prendido contra los oligarcas. Entonces reinaré hasta que me dé la gana, sin que me retruquen.

Porque mi ataque es zamorano, tipo batalla Santa Inés, con los agregados que le hizo mi padre Fidel Castro, para la defensa de la patria venecubana que él preside.

La consigna es confrontar cada vez más con los enemigos de la patria que están en Fedecámaras, Consecomercio, los Diego Arria, Mendocita y su Polar, Mezerhane y Zuloaga.

Estos dos caballeros de Globovisión quisieron conciliar conmigo cuando sacaron a Ravel, pero ya yo tenía la decisión de enfrentarlos porque el aplastamiento de los medios es indispensable para imponer nuestro socialismo.

Por cierto que el Doctor Maza Zavala salió a decir por ahí que no podemos abolir el capitalismo por decreto. Claro, lo dice porque está con la oligarquía y no acepta que esta revolución acabará con toda basura. Yo respeto a este señor pero en esto está pelado.

Aquí no hay vuelta atrás. Si nos devolvemos nuestras cabezas pueden subir a los cielos. Tenemos que vivir con las botas puestas para impedir cualquier atentado contrarrevolucionario que busque acabar con el proceso y conmigo, por ser el dueño de Venezuela y de mi revolución.

De esta posición no me mueve ni Diosdado, apoyado por José Vicente Marciano, porque hoy por hoy soy imbatible, como me dice ese sabio que es Fidel, Eh!

Claro, reconozco que tengo muchos enemigos dentro del gobierno y el partido. Donde mire hay camaradas que no lo tragan a uno porque son boliburguerianos. Por eso muchas veces me siento como Bolívar: solo y acusado, porque los traidores, como Páez, andan por todas partes.

Ahí están los que se han dedicado, no sólo a robar desde Pudreval, formado por mí como filial de PDVSA, sino también a poner en peligro la estabilidad y desarrollo del proceso. Este escándalo de los cien millones de comida podrida, y lo reconozco autocráticamente, en cualquier país serio se hubiera llevado en los cachos al gobierno.

Pero aquí no pasa nada porque no hay oposición sino unos negociantes que están creyendo que me van a sacar el 26S. Sin embargo, les daremos unos diputados para que me sigan legitimando.

Ya por ahí dicen que voy a echar para atrás las elecciones porque las tengo perdidas. Miren, si el imperio se atreve a ponerse al lado de los escuálidos en una conspiración electoral, me tiro un autogolpe que pararía en una nueva constituyente, que legalizaría la República Socialista Venecubana.

Porque este es el único camino de realización de nuestro régimen: copiar lo cubano y profundizar cada vez más el proceso, pero sin expropiar nada que tenga el sello USA, porque hay que temer a la furia de nuestros amigos yanquis. ¿How are you, Mr. Obama?

Y no olvides que estoy dispuesto a seguirte dando todo el petróleo que necesites para tu imperio y así asegurarme el reino de los cielos para mí y mis pobres.

¿Quién puede negar que esta es una revolución inédita? abm333@gmail.com

El Universal, 18 de junio del 2010.

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